En Colombia donde habitan aproximadamente 44 millones de colombianos, de los cuales casi el 50% son mujeres, es fácil encontrar una gran variedad de personalidades y como dirían muchos románticos una gran variedad de bellezas exóticas. Pero más que tildarme a mi misma de feminista, ya que no lo soy y hay muchos argumentos para pensar que el feminismo no es más que una alcahuetería a la mediocridad y la falta de dignidad en la mujer, vengo a hablar de nosotras mismas, de lo que somos, de lo que queremos ser y peor aun de lo que nos toca ser.
El papel de la mujer en esta sociedad ha cambiado y ha evolucionado de tal manera en la que el hombre supuestamente nos ve a la par. Pero desafortunadamente en mi caso y hablando de mis experiencias personales he tenido que lidiar con la rabia y el odio masculino, he sido tildada de nerd e inclusive de altruista, por el simple hecho de querer defender mis argumentos de la manera más poética y argumentativa. Un día hablando de filosofía, de pedagogía y de historia, note como un caballero se concentro en atacar mis argumentos ¡sin ni siquiera terminarlos de escuchar! Peor aún, y para mi desgracia tenía cinco caballeros mas al lado mío, pero esa fue mi oportunidad de mandar a estos sujetos a dormir y a pensar de que habremos mujeres fuertes, no me considero a mi misma una diosa de sapiencia, ni menos la mujer más inteligente de este mundo, pero si me gusta debatir y al menos leer cuando puedo. Lo que hice con estos sujetos fue hablarles de lo mal que se sentían al escuchar a una mujer hablando y tratando de darles una cátedra sobre la revolución francesa y acerca de que es el neo y el liberalismo. Inmediatamente mencione el contrato social, y a Robespiere, en los ojos de estos cinco caballeros note una ligera incomodidad, inmediatamente fui víctima de ataques, mediocres y sin fundamento, si, pero fueron ataques, me di cuenta en ese preciso instante en que acaba de entrar en una batalla intelectual con cinco hombres, que de hecho piensan que las mujeres solo sirven de piernas abiertas. Aun así, los obligue a que me dejaran terminar mis argumentos y después de que lo hicieran si eran capaces los debatieran y me demostraran con ejemplos, premisas y argumentos históricos que yo estaba equivocada, como siempre estos sujetos se dejaron llevar por la pasión y la incomodidad y al final de la discusión se dieron cuenta de que habían actuado como unos completos idiotas, al no haber dicho nada intentando decir todo.
Pero esta situación lo único que hizo fue no cuestionar solo a los hombres, si no enfocarme en nosotras mismas las mujeres, ¿seremos nosotras las culpables de que los hombres nos subestimen? Yo creo que sí, y en cierto punto me doy cuenta con rabia de que muchas mujeres a veces nos preocupamos por consolidar un futuro, eso está bien, pero ese futuro es un futuro basado en la seguridad y el amparo de un hombre, nunca un futuro intelectual. El ser profesional no demarca un futuro intelectual, para mí, la universidad es un requisito social para entrar a un empleo, pero nunca demostrara los conocimientos reales y las capacidades intelectuales de una persona, por ejemplo un buen periodista es el que escribe buenos artículos, no el que ha salido de los Andes o de la universidad más cara. Entonces, me pregunto si ¿es de todos los días tener una compañera que quiera ser investigadora, ensayista, académica?. Lastimosamente tengo que soportar conversaciones en las que me dicen que se van a tinturar el pelo, y ese es y será el único tema durante muchas semanas. ¿Será que las únicas putas que existen son las del Santa Fe, o las prepago? Muchas mujeres acceden a tener relaciones sexuales con un hombre por fama, porque les brinda un hogar, porque tiene un buen trabajo o por la sencilla razón de que es un buen partido. Decadente, degradante y esto sí es de ¡putas! Una mujer que nunca se interesa por al menos leer el periódico, por cuestionarse a si misma, por cultivar su mente, es y será una mediocre, siempre estará al lado y será el adorno de un hombre. Las mujeres podemos ser felices sin necesidad de casarnos, de tener hijos, sin necesidad de un hombre. Pero seré dura, existen muchas brutas que no saben nada más que hacer, porque no tienen cerebro, y se enredan con el primer idiota que habla bonito, y a ese le entregan la vida a ver si las saca a vivir o se casa con ellas. Somos las únicas culpables de nuestra desgracia.
El mensaje más claro que quiero dejar, y sin la intención de generar cambio, ya que eso sería una palabrearía y una distopía mamerta, es que cada día les adquiero fastidio a las mujeres que no quieren pensar, teniendo la capacidad de hacerlo. Esas mujeres que siendo bonitas se conforman con solo eso, y para ellas esa es su única herramienta para alcanzar el éxito, pero cuando se hacen viejas y el botox, la silicona y las cirugías son inútiles, son tristemente abandonadas y quedan a su suerte, ya que nunca buscaron su independencia intelectual, no fueron seguras de sus capacidades y vivieron a la sombra de un hombre. Y cito la frase de la filosofa antioqueña “el hombre se complementa al hombre, mujer con mujer, hombre con hombre y del mismo modo, en el sentido contrario, la mujer es el complemento del hombre en un sentido muy bello, esta para darle cariño, para darle amor……” Sigamos así que llegaremos lejos, pensando que somos una parte que completa al hombre, somos únicas e independientes, ni ellos nos complementan a nosotras ni nosotras a ellos.